Censo UBA 2011

“Esto deja más dudas que certezas”

Publicado el 12 de Agosto de 2011
Por Evelin Heidel Fundación Vía Libre.

El censo de la Universidad de Buenos Aires fue una medida polémica desde sus orígenes en la década de 1990.
En aquella época, los estudiantes se opusieron por interpretar, y más tarde confirmar, que el censo era un instrumento político para la reforma neoliberal de la educación universitaria. En 2008 el censo se suspendió por falta de presupuesto, y en 2010 se anunció, finalmente, que en 2011 el censo se haría pero con una nueva modalidad: a través de Internet.
La polémica del censo entonces se reactivó, pero esta vez vinculada a los datos personales de los censados. Al utilizar como plataforma Internet, se ignora el modo y la forma en que la parte encuestadora tratará los datos. Para completar la encuesta, que debería ser anónima, se exige el registro con datos personales (nombre y documento nacional de identidad).
La única garantía de que estos datos serán desvinculados de los datos censales es un cartel que aparece en la pantalla al finalizar la encuesta, que solicita además datos sensibles (afiliación sindical o política), prohibido por el artículo 7 de la ley 25.326 de Datos Personales.
Se desconocen, por otra parte, las medidas técnicas implementadas por la falta de publicidad, tal como exige el artículo 22 de la norma.
A simple vista, además, se puede constatar que no utilizaron protocolos seguros como el HTTPS para el cifrado de datos.
El censo de la UBA deja muchas dudas y pocas certezas sobre el cumplimiento efectivo de los derechos constitucionales que garantiza la Ley 25.326.




Hasta el momento, 200 mil alumnos respondieron la encuesta

 

Los estudiantes de la UBA cuestionan las preguntas del censo universitario

Publicado el 12 de Agosto de 2011
Durante agosto, la rematriculación se hace vía a través de internet. Consultan, entre otros datos, información sobre las actividades políticas y gremiales de los jóvenes. Desde la FUBA exigieron que no se indague sobre cuestiones ideológicas.
  La corriente Julio Antonio Mella, la agrupación que copreside junto al Partido Obrero la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA), expresó ayer en un comunicado preocupación por el censo y rematriculación que durante este mes desarrolla vía Web la Universidad de Buenos Aires (UBA) por la seguridad y anonimato del relevamiento y porque en el mismo se pregunta acerca de las actividades políticas y gremiales de los estudiantes.
En la reunión del miércoles del consejo superior de la UBA –órgano de gobierno de la casa de estudios– los representantes por el claustro estudiantil de La Mella elevaron un proyecto para quitar las indagaciones de carácter ideológico, mejorar la seguridad del sitio y pedir “una auditoría que garantice que la información censada no puede unirse bajo ningún punto de vista con el nombre y correo electrónico del estudiante” para de esa forma evitar una posible persecución política y que la base de datos sea vendida con fines comerciales.
Para Igal Kejsefman, consejero Superior por el claustro estudiantil, “es imprescindible que las autoridades de la Universidad expliquen el porqué de la inclusión de una pregunta semejante y que inmediatamente la retiren del censo. No hay motivo académico ni estadístico que justifique una pregunta de este estilo. Resulta realmente preocupante que ninguna autoridad, ni de la Universidad ni de sus unidades académicas haya, por lo menos, presentado una inquietud ante esto”.
En la misma sesión, Jorge Aliaga, decano de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, también manifestó “preocupación por los problemas técnicos que se han presentado, en especial en los primeros días del censo” y lamentó “que el equipo técnico que desarrolló el sistema no hubiese consultado a las facultades con carreras relacionadas, como es nuestro caso. El rector (Rubén Hallú) dijo que se presentará un informe en la próxima sesión, en particular sobre aspectos relacionados con la seguridad de la información”.
Consultado por Tiempo Argentino, el arquitecto Martín Marcos, coordinador general de planificación de la UBA y a cargo del censo, aseguró que “el censo es anónimo y está protegido por la ley de resguardos personales”.
“Nos asesoramos con la Dirección Nacional de Protección de Datos Personales y el sistema fue diseñado para que una vez que se termina de censar al alumno, el sistema separe los datos de matriculación del resto de las preguntas que son anónimas”, afirmó Marcos, además de remarcar que es “totalmente seguro”.
Marcos recordó que la pregunta sobre las actividades políticas o gremiales se hace desde el censo de 1996 “para tener un perfil del estudiante”. Ello, destacó el funcionario, “permitió ver de 2000 a 2004 el crecimiento en la participación política de los alumnos”.
Sobre los cuestionamientos de Aliaga, Marcos indicó que el equipo que armó el censo incluye representantes de todas las facultades, que el desarrollo estuvo a cargo de la dirección de sistemas de la UBA y que los problemas denunciados ocurrieron en los primeros días, que ahora no los hay y que ya llevan censados a 200 mil estudiantes.



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